lunes, 1 de mayo de 2017

Humanidad sensible


“ Cada niño que viene al mundo nos dice: Dios aún espera del hombre.” – Tagore

   Compartir la visión de una nueva realidad más solidaria y compasiva  con la infancia en el planeta, significa estar a la altura de uno de los compromisos de mayor sensibilidad actual, especialmente respecto a aquellos infantes quienes sufren al verse afectados por ser nativos de territorios en los cuales factores como los conflictos armados los han conducido  a ser refugiados, desplazados o migrantes.

   La respuesta humana y ética ante esta dolorosa situación debe ser la que más se aproxime a la búsqueda de nuevos ciclos caracterizados por estar más en consonancia con los principios establecidos en la Convención de los Derechos del Niño, uno de los tratados más relevantes producidos por la humanidad, lo cual comporta acciones de corto plazo a objeto de atender la emergencia humanitaria de los niños actualmente afectados más sensiblemente por hechos bélicos, como los de la República Árabe Siria y de la República Islámica de Afganistán. Hacia el año 2015, según UNICEF (*) alrededor de 41 millón de personas se han desplazado debido a la situación de violencia y conflictos en sus regiones, de los cuales aproximadamente 17 millones son niños.

   Muchos de estos niños que han salido de esos territorios desafortunadamente han continuado inmersos en situación de vulnerabilidad, lo cual dificulta que puedan retomar sus vidas, de allí el requerimiento de acciones globales inmediatas para proteger sus derechos a fin de que tengan más posibilidades y oportunidades de trascender estos duros tiempos de la humanidad.

  Lo ideal sería poner fin a estos estados de guerra mediante diálogos y acuerdos de paz, con el objetivo de ponerle límites a más desplazamientos haciendo de este modo más factibles los propósitos inherentes a la Agenda para la Acción sobre Niños, Migración y Desplazamiento  así como los Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS integrados en septiembre de 2015, los cuales defienden al niño y sus derechos en el contexto de situaciones de emergencia humanitaria. Allí se puntualiza un trato más digno a la niñez haciendo énfasis en la eliminación del trabajo infantil, forzoso y abuso.

   Por otra parte, consideremos que facilitar estas transiciones entre nativos afectados por situación de conflictos bélicos hacia uno más adecuado, tiene una gran correlación en materia de servicios públicos, principalmente en el agua. Sabemos que en esos estados de confrontación uno de los servicios más severamente afectado es el agua por lo de “ al enemigo ni agua ". Casi nunca hay agua en los territorios afectados por guerras y eso no exceptúa a los niños, lamentablemente. Otro es el hábitat, tanto la infraestructura escolar, de salud como la de vivienda quedan parcial o totalmente destruidas y los corredores creados para salir no siempre son seguros. Como todos los niños son iguales moralmente ante el Creador y, desde luego, ante la humanidad, es preciso ponerle punto final a esas guerras, pensando en primer lugar en el sufrimiento y necesidades de atención de esos niños y sus madres.

   Equidad es amor…

   Las acciones en beneficio de los niños están muy ligadas al reconocimiento de sus derechos como personas, en especial a ser tratados con equidad, como merecen todos los niños del mundo. Es prioritario:

- Amparar al niño refugiado y a sus madres.

- Fortalecer los programas de educación y nutrición desde los niños en edad de preescolar para fijarlo como principio.

- Garantizarles un espacio apropiado, con plenos servicios públicos como el agua, electricidad, salud y vivienda.

- Descartar formas de supervivencia económica que vayan en detrimento de su dignidad como personas, para no afectar su relación con el entorno y, por ende, en su futuro.

- Promover una formación académica de altura que les permita asumir responsabilidades en un contexto que valore ese recurso humano, ese perfil profesional.

- Ser receptivos y cooperativos con los programas comunitarios que afiancen sus talentos creativos.

   En fin, ser más sensibles a la infancia y sus actuales circunstancias, es permitirnos hacernos más solidarios en la construcción de un concepto más humano hacia la niñez como cultura, valorando así su pleno derecho a la felicidad y a la paz en cualquier lugar del mundo.

Duinka Leal

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(*) Fuentes:

- Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF: “ Estado Mundial de la Infancia 2016, una oportunidad para cada niño ". División de Comunicaciones, Nueva York, Junio de 2016.

- United Nations Children’s Fund, UNICEF: “ Uprooted – The growing crisis for refugee and migrant children ". New York, September, 2016.