domingo, 1 de abril de 2018

Jesús, su inmenso amor hacia la infancia


" Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis,
porque de los tales es el reino de Dios." ( Marcos 10:14 )


  Con un corazón especial para la niñez, Jesús expresa toda la ternura que procede de su amor. Para él, aceptar su mensaje como niños, con humildad y obediencia al ser hijos del Señor creados desde su sagrada voluntad, nos aproxima a su presencia: " De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él " ( Marcos 10:15 ).

  Su relación con la infancia era debido a esto muy afectuosa: " Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía " ( Marcos 10:16 ). En realidad, la docilidad y genuina bondad que hay en el ser de un niño, es el verdadero sentido para recibir a Cristo. Debemos aprender a vernos invariablemente como los hijos de un Padre amoroso que siempre nos tendrá reservado un espacio en la morada que dispondrá para nosotros, por eso nos guía a través de la comprensión de su palabra. El quiere a todos sus hijos en su reino, como parte de su familia espiritual. Dios es amor.

  Los niños significan en el mensaje cristiano los mayores ante el Señor ( Mateo 18:3-5 ). Es decir, ese estado de sencillez e inocencia que nos permite la percepción y aceptación incondicional de su propósito: " Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón " ( Marcos 12:30 ). Jesús quería que todos los niños se acercaran a él para que aprendieran a agradar el corazón del Padre, atendiendo a su Plan de Salvación.

  Desde luego, es necesario comprender las diferentes etapas del desarrollo humano, especialmente con respecto a los niños, a fin de poder así introducir la religiosidad, esa actitud de fe disciplinada y devota, la cual genera la sensibilidad religiosa. Al principio los niños aprenden por medio de expresiones afectivas que les transmitan seguridad, protección; luego evolucionan aprendiendo por medio de conceptos y símbolos; posteriormente están en capacidad de desarrollar un nivel de pensamiento más racional y objetivo. La imagen de Dios es aprendida de acuerdo con su posibilidad de interpretación religiosa e indudablemente es el lenguaje el medio de transmitir esas hermosas vivencias relacionadas con el conocer a Dios siendo niños, las cuales pasarán luego a ser lindos recuerdos de nuestra infancia y bases de nuestra personalidad.

  Los niños adquieren los conocimientos que se producen en su medio cultural y la religiosidad es una forma elevada de socialización. Por eso las personas que normalmente se encargan de fomentar en la niñez los valores cristianos son muy tiernas y cooperativas con sus aprendizajes, más aún porque son simplemente mediadores de un mensaje guía que tan solo Jesucristo puede dar.

  Valoremos entonces que los niños asistan a su catequesis o a la escuela dominical; que conozcan primeramente el nombre de Dios Jehová y amen a Jesús, su Hijo unigénito, el único que representa " el camino, la verdad y la vida " ( Juan 14:6 ); que le tomen cariño a las lecturas bíblicas al igual que a la oración, desde pequeños. También que traten de imitar a Jesucristo mediante buenas acciones pudiendo producir sus propios valiosos frutos en el camino hacia Dios; que formen parte de coros y agrupaciones musicales para cantos de alabanza y Acción de Gracias así como diferentes representaciones comunitarias que compartan principios cristianos, las cuales amplíen su noble influencia social.

  Para finalizar, honremos la infancia como algo muy preciado en el corazón de Nuestro Señor Jesucristo, además es su promesa de proximidad espiritual hacia nosotros, e indudablemente nada en la vida es más importante que eso, estar cerca del amor de Dios.

Duinka Leal

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Referencias:

*  Formación de Catequistas ( 2014 ): " La imagen de Dios en la infancia ". Alcalá, España.

* WATCH TOWER BIBLE AND TRACT SOCIETY OF NEW YORK, INC. ( 2014 ): " Learn From the Great Teacher " ( " Aprendamos del Gran Maestro " ). Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Brooklyn, New York, U.S.A.

* SANTROCK, J. ( 2002 ): " La teoría de Vygotsky ". En: John W. SANTROCK. Psicología de la Educación. ( Págs. 65-70 ) . Mc GRAW-HILL Interamericana. México, D.F.