miércoles, 16 de septiembre de 2020

Alabado sea el Señor


" Pueblos todos, batid las manos;
aclamad a Dios con voz de júbilo."

Salmo 47: 1 


   El amor al Rey de los cielos lo podemos expresar por medio de hermosos cánticos de alabanza, genuina forma para fortalecer nuestra fe y voluntad de adorarle como El lo desea.

   El Salmo 47 nos convoca a eso, a con humildad glorificarle desde la reverencia hacia su sabiduría y poderío. En realidad, valorar su palabra debe ser lo de mayor significación para nosotros, es la alabanza nuestra comunitaria expresión de cariño y respeto. 

   Recordemos que Dios es Poderoso, quien ha creado todo cuanto existe desde su principio hasta el fin. También es nuestro Amoroso Soberano, aquel que trata a su creación con la plenitud de su amor misericordioso y compasivo. Igualmente es definido nuestro Proveedor, dueño de la naturaleza hace llover para permitir la buena cosecha y los árboles nos den sus nutritivos frutos; multiplica el existir en los mares y ríos a los peces que nos sirven de alimento; nos concede dones y talentos los cuales nos facultan para el cumplimiento de la misión a la que hemos sido llamados a cumplir. Siempre, nuestro amado Defensor. Supremo preceptor de nuestro destino, desde su trono celestial con sus coros angélicos se consagra a su comunidad, "el pueblo del Dios de Abraham".

   Querido en gran medida por Dios, Abraham fue considerado su amigo porque alcanzó un estrecho vínculo con El al aceptar su dirección, siendo receptivo a su voz en todo momento. Ejemplo de obediencia, resiliencia y fe, "el hebreo", padre de Isaac en edad avanzada, guiado por la promesa de llegar a ser el origen de una nación grande continuamente siguió los pasos indicados por el Altísimo, al encuentro de su prometido horizonte.

   Con todo afecto incondicional alabemos al Señor sea cual sea nuestro estado personal, alegría o tristeza. De seguro no habrá mayor demostración de apego a su voluntad y plena confianza en nuestra futura salvación.

Duinka Leal

  



  

martes, 1 de septiembre de 2020

¡Felicitaciones a la OPEP en su 60 Aniversario!

Edificio sede de la OPEP, Viena, Austria
   












   Sesenta años de vida celebra la Organización de los Países Exportadores de Petróleo OPEP, en inglés OPEC The Organization of the Petroleum Exporting Countries. Son seis décadas de constante trabajo y entrega con el fin de materializar los sueños e ideales que dieron sentido a su creación: darle al petróleo su lugar en el siempre complejo ámbito internacional ligado al mercado y distribución de crudos.

   Inicios de algo grande

   Hacia 1959, para los países exportadores de petróleo era imperiosa la necesidad de lograr consensos de integración. En aras de alcanzar este propósito se instaló en abril de ese año en El Cairo, Egipto, el Primer Congreso Petrolero Arabe con representantes de la Liga Arabe, Arabia Saudita, Irán, Kuwait y por Venezuela acudió el destacado venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo. Cada uno de estos delegados llevaron las inquietudes manifiestas a sus respectivos países. La propuesta de mayor relevancia fue la de propiciar  la formación de una Comisión Petrolera de Consulta con reuniones anuales en la cual se establecerían pactos y políticas conjuntas en materia de precios, cuotas, conservación, producción, control y explotación de hidrocarburos.

   Sabido que ya era inminente unificar las decisiones concernientes a la actividad petrolera, exitosamente se fundó la Organización de los Países Exportadores de Petróleo OPEP durante la conferencia llevada a cabo en Bagdad, Irak entre el 10 y el 14 de septiembre de 1960. Los países que tuvieron el honor de ser sus fundadores fueron Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela. Quedaron para siempre registrados en la historia como los padres creadores de la OPEP.

   Este organismo permanente conformado por países de Asia, Africa y América del Sur posee más del 40 % de la producción y cerca del 80 % de las reservas mundiales de hidrocarburos. Su actual Secretario General es Mohammed Barkindo, por Venezuela nos representa el ministro del Poder Popular de Petróleo, Manuel Quevedo.

   Hacia una nueva cultura energética, seguridad e infraestructuras

   Aparte de la misión esencial por la cual la OPEP ha sido creada, el siglo XXI demanda retos inconmesurables a esta institución, son las exigencias propias que conlleva cada siglo, grandes desafíos globales a encarar los cuales la OPEP tendrá que afrontar con firmeza, determinación y claridad de propósito.

   Una de las interrogantes que la OPEP va a tener que atender es cómo va a ser la cultura energética petrolera en esta centuria en la cual sigue teniendo el preciado oro negro un papel de relevancia; sin duda, debe surgir un renovado paradigma que le otorgue a los países y regiones con petróleo la importancia que merecen. Seguro surgirán actualizados programas de formación con tecnología de punta procurando dar respuestas a las necesidades actuales.

Mohammed Barkindo, OPEP
 Por otra parte, el tutelaje de la OPEP a objeto de garantizar tanto la protección como la seguridad de las importantes infraestructuras petroleras de los países miembros es, sin duda, esencial. Por ejemplo, las instalaciones que operan en costas petroleras y diferentes espacios acuáticos de envergadura requieren permanente resguardo y atención, por encima incluso de cualquier delicado escenario de conflicto. La autoridad moral que tendrá que asumir la OPEP en todo este siglo en lo referente a la importancia de la tranquilidad y orden operativo en los océanos es inobjetable, su relevancia no estará en discusión, sobre todo porque ya están en evidencia cambios de significación planetaria como por ejemplo la expansión asiática de la República Popular China y la Federación de Rusia hacia el Hemisferio Occidental, produciendo toda una reorientación naval, energética y militar en el mundo.

   En cuanto a la comunidad petrolera no estará demás redefinir su concepto, porque de allí surge todo un comportamiento hacia un colectivo. Es decir, la ciudadanía nativa, habitante y representativa de los campos petroleros en sus distintas regiones y distritos tiene la obligación de proceder como ejemplo digno de su idiosincrasia. Se supone que su comportamiento debe ser más nuclear con sus campamentos que aquel que no pertenece a dichos territorios. Por cultura y arraigo tiende a querer defender más que otros su hábitat, devenir histórico y anhelo de paz en su tierra al ser zonas de alto riesgo. La OPEP podría significar un abrigo orientador para la ciudadanía oriunda de la comunidad petrolera que reside en sus localidades originarias, receptiva a sus planteamientos en temas de Derechos Humanos, higiene, ambiente, calidad de vida, empleos, sindicatos, asociaciones de jubilados de la industria y actores sociales de consideración.

   Otro aspecto de interés constituye la relación entre la OPEP y los Jefes de Estado y de gobierno. Debe ser una interacción franca, sólidamente enfocada en la promoción y defensa del petróleo, motivadora en tiempos difíciles al igual que afianzadora de brillantes objetivos en períodos de esplendidez. Con las potencias militares y energéticas debe prevalecer el espíritu de la prudencia y resguardo integral de las instalaciones de las empresas petroleras que están bajo su responsabilidad, en cualquier circunstancia.

   Desde luego, la OPEP puede adquirir un valioso papel mediador de paz en el contexto del diálogo entre civilizaciones. No olvidemos que la actividad petrolera en los países productores es un factor constructor de su patrimonio histórico, lo que compromete seriamente a esas naciones para con los principios de confraternidad, no violencia, paz territorial y hermandad internacional. Petróleo como agente de paz, la OPEP, su principal impulsor.

   OPEP y procesos de paz

Islam, paz y amor
 
Cuando se fundó la OPEP en 1960, los distritos petroleros ubicados en Costa Oriental del Lago del estado Zulia, mi región de nacimiento, eran para esa época la principal zona petrolera de Venezuela en particular en el municipio Lagunillas, de donde soy oriunda. En ese entonces Estados Unidos ocupaba un papel protagónico por ser sus fuentes energéticas. Ahora, luego del surgimiento con gran ímpetu de otras regiones petrolíferas como por ejemplo en Monagas, Anzoátegui, Barinas, Falcón, Sucre y Bolívar mi costa es considerada, si se quiere, el pueblo petrolero más antiguo. Debido a ello el compromiso histórico de valoración dada a su importancia, es mayor.

 De modo que nuestra relación con los países árabes y persas en especial los hermanos miembros fundadores de la OPEP es muy próxima, afectuosa. Nos alegran sus razones para estar felices y nos entristecen hondamente las experiencias que les producen aflicción. El principal tema de atención inobjetablemente es el fortalecimiento de la paz en los suelos musulmanes, el fin definitivo de sus conflictos bélicos hasta arribar a la tranquilidad deseada para la felicidad de sus pueblos.

Niña islámica
   Por eso me he permitido desde hace largo tiempo abogar por el cese de dos guerras que agobian a dos naciones islámicas: la República Arabe Siria y la República Islámica de Afganistán. Estamos conscientes que el enorme sufrimiento de los niños y sus madres a causa de los inclementes estados de guerra y ocupaciones militares son los permanentes sollozos de Su Majestad Rey de Arabia Saudita, el queridísimo Rey Salmán, y el profundo pesar del igualmente estimado presidente de la República Islámica de Irán, Hassán Rouhani. Ellos anhelan alcanzar la paz absoluta en sus territorios, que queden definitivamente en el pasado las experiencias de dolor, desconsuelo y muerte a consecuencia de sorpresivos bombardeos, ataques, violencia y odio. Ver el sol de la paz de la posguerra brillando en sus vidas representa la aspiración más compartida por toda la humanidad.

   Luego de 60 años de vida, la OPEP abrirá un nuevo amanecer en su historia institucional. Ciertamente tenemos la confianza de que será para el renombre y trascendencia de su insoslayable misión, predestinada con éxito a cumplir.


Duinka Leal