" Seremos saciados del bien de tu casa,
de tu santo templo."
Salmo 65: 4
De nuestro amado Dios es la gloria, la alabanza. Su amor inagotable nos escucha para traernos alegrías; desde su perdón nos pasa por alto los actos desacertados que a veces realizamos debido a que somos personas defectuosas; siendo abrazados por su presencia recibimos los amables gestos de su misericordia, lo que nos hace dichosos: " Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti..." ( Salmo 65: 4 ).
Al Señor pertenece toda la creación, la naturaleza es de su potestad. Como su principio creador la sostiene, nutre y cuida, por eso las montañas son tan consistentes, se apaciguan las aguas de los mares, la lluvia riega cálidamente los cultivos y los ríos fluyen en armonía, calmando la sed de todos los seres vivientes, reflejando la bella promesa de venturanza concedida desde su hogar eterno.
Duinka Leal