Te damos gracias por todas tus bendiciones derramadas en nuestras existencias; por cada minuto que respiramos; por cada ser que amamos; por cada sueño que hemos confiado a ti.
Te pedimos entereza de espíritu en los tiempos de dificultades; sabiduría en la toma de decisiones, y esperanza en tu infinita misericordia.
Permítenos contribuir con tu sagrado propósito para la humanidad; poder apreciar una infancia feliz y asistida en un mundo pacífico en el cual sean reconocidos los derechos humanos y civiles de todas las personas.
Concédenos esa paz que trasciende toda circunstancia; humildad en el servicio y amor compasivo, para hacer tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.
Duinka Leal