jueves, 16 de mayo de 2019

Cuando el Señor está primero...






 " Deléitate asimismo en Jehová
y él te concederá las peticiones de tu corazón."

Salmo 37: 4 


   

   Hermoso salmo el cual nos inspira a depositar primeramente nuestra confianza absoluta en Dios y la mayor demostración de fe que podemos hacer es procurar vivir en armonía con sus principios, haciendo el bien.

   Al desear situar al Señor en un primer orden en nuestras existencias buscamos su palabra, y luego, al deleitarnos en ella entramos en su presencia. Su bella promesa ha sido que si de corazón acudimos a El, todo lo que anhelamos nos será otorgado como una efusión suya, del único dador de todo bien consistente.

   De modo que el Creador requiere atención. El también necesita de nosotros, de nuestro tiempo, en cualquier circunstancia en la que nos encontremos. Incondicionalmente reservémosle uno o varios momentos todos los días, al compenetrarnos con su mensaje crecemos en conciencia y corazón, cuidamos esos muy personales templos internos, los que siempre nuestro Padre conoce muy bien.

   Con plena confianza construyamos caminos de paz, de justicia, de equidad. En tiempos difíciles cultivemos la oración al igual que la armonización de nuestras emociones, eso nos permite sentirnos mejor con Dios y con nosotros mismos, alcanzando también mayor fortaleza, paciencia y templanza. Las cosas pueden cambiar para mejorar.

   Debemos aprender igualmente a esperar el tiempo que el Señor ha dispuesto para que disfrutemos aquello que tiene deparado para nosotros, es decir, la revelación de su voluntad. A eso se refiere el salmista cuando hace referencia a que Jehová aporta su orden a quien abriga, guiando la dirección que debe proseguir y cuyo final será la bendición de su sagrada abundancia de paz. 


   Amado Dios, enséñanos a ubicarte de primero en nuestras conciencias, y al deleitarnos en tu palabra encontraremos en ti todo aquello que anhelamos. Ordena nuestros pasos conforme a tu voluntad creciendo así en humildad, integridad y confianza. Permítenos la abundancia de paz que tan solo tu amor nos puede conceder. En el nombre de Jesús, amén.

Duinka Leal 


  

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