" Guárdame, oh Dios,
porque en ti he confiado.
Oh alma mía, dijiste a Jehová:
tú eres mi Señor;
no hay para mi bien fuera de ti."
Salmo 16: 1-2
Cuando confiamos en Jehová y lo reconocemos como nuestro Señor El sostiene nuestro destino en su sabiduría, nos guía aún en medio de circunstancias que consideramos muy difíciles porque ha prometido acompañar con su bendita protección a las amadas ovejas de su rebaño.
Amoroso Padre que nos bendice mostrándonos la " senda de la vida " , es decir, la felicidad verdadera proveniente de su misericordia al hacerse responsable de su creación. El corazón de Dios se alegra tanto cuando sabe que una determinada persona verdaderamente ejemplariza: " A Jehová he puesto siempre delante de mí...", que le retribuye a su tiempo esa fidelidad con un nuevo estado de alegría, paz, contentamiento, realización. Por eso al final el salmista concluye: " En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre". Amén.
Duinka Leal
No hay comentarios:
Publicar un comentario