" Señor, ¿quién entrará bajo tu tienda
y habitará en tu morada santa? "
Salmo 15: 1
Las cualidades de quien pretende estar cerca de Yavé son virtudes que podemos poco a poco cultivar en nosotros mismos, somos seres humanos en crecimiento. Atendiendo a este salmo, podríamos describirlo así:
* Sentido de rectitud. Tiene que ver con el correcto proceder. Hacer lo que es debido moralmente teniendo nobles intenciones hacia el prójimo. Procurar ajustar nuestro comportamiento ético a lo jurídicamente inobjetable. Ser rectos significa inclinarse a hacer el bien para agradar a nuestro Salvador.
* Disposición a obrar con justicia. Se refiere a desarrollar la capacidad de otorgarle a cada persona el trato que le corresponde partiendo de sus actuaciones. Ser justo, desde esta comprensión, representa activar la razonable objetividad la cual nos enseña hermosos valores como la honestidad, el mérito, la proporcionalidad y la correspondencia.
* Veracidad. A Dios le complace la gente sincera, de acción transparente y prudente expresión. El le concede mucha importancia a los actos del habla porque quiere que seamos almas constructivas.
* Carácter beneficioso. No ser perjudicial con los demás para alcanzar nuestras metas debe ser un principio tan preciado en nuestras vidas como lograr exitosamente los propios objetivos sin que alguien sufra a causa de ello, es decir, nunca violar la unidad existente en la especie humana, aspirando ser feliz. Esta es una postura llena de mucho altruismo que se puede ir creando desde adentro formando un carácter beneficioso, con la actitud solidaria de quienes consideran el derecho ajeno a la felicidad tan legítimo como el nuestro.
* Altos ideales. Este sublime aspecto nos conduce a estimar siempre los elevados pensamientos del Buen Señor, a saber, honrar la bondad, seguir la honradez y amar la vida agradeciéndole infinitamente la firmeza de nuestro avance espiritual obrando como El desea, para permanecer de continuo esencialmente a su lado.
Duinka Leal
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