lunes, 8 de febrero de 2021

Venezuela construye su proceso de paz

 

El Poder Ejecutivo coordina la paz institucional

  La paz territorial en Venezuela constituye un punto de honor para todos sus conciudadanos. En primer lugar, porque la amamos, lo cual nos hace responsables de la tranquilidad sostenida en nuestro suelo; en segundo lugar, porque es un país conformado por diversas regiones energéticas, de alto riesgo.

  Este último rasgo característico de nuestra amada patria, nos conduce como ciudadanía a reforzar en nosotros mismos los componentes culturales propios de las naciones obligadas a proteger espacios de importancia petrolera, gasífera, petroquímica, hidroeléctrica, metalúrgica, minera e industrial tanto en tierra como en mar, es decir, asumir nuestra distintiva cultura energética nacional, regional, subregional, municipal y comunal.

  Atendiendo a este enfoque, las leyes venezolanas son muy claras en lo que respecta al deber de preservar tanto la armonía cívica como la estabilidad institucional y le corresponde indeclinablemente al Estado la ejecución de esa gran tarea, principalmente a partir de las decisiones emanadas desde la Presidencia de la República.

  Bajo esta perspectiva, el Poder Ejecutivo impulsa una acción dirigida hacia lo interno del territorio caracterizada por una mayor participación civil, institucionalizada con la creación de la Gran Misión Cuadrantes de Paz. A modo de factor complementario serán instaladas las Casas de Justicia y Paz en todas las comunidades, para ser puestas en marcha por los Consejos Comunales. Los mismos harán equipo con la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, el Poder Judicial, el Ministerio del Interior, Justicia y Paz, el Ministerio de la Defensa y la Asamblea Nacional, en especial cooperando con la Comisión para el Diálogo, la Paz y la Reconciliación Nacional.

Canciller Jorge Arreaza
 La intención es generar oportunidades a objeto de resolver las discordancias que puedan existir en un clima comunitario de consideración y respeto mutuo, con todo el apoyo del Estado a través de sus instituciones, aunque ahora desde una orientación más municipalizada. En realidad, la quietud y concordia ciudadanas representan un proceso que no se produce solo sino que construye la propia gente, para su disfrute; significan una conquista cultural de la población que no se permite vivir si no es en paz.

 Una muy bella contribución representa el papel que van a desempeñar las congregaciones cristianas en nuestro proceso de pacificación venezolano. Sin duda, será una bendición que los connacionales inspirados por el trascendente mensaje del evangelio logremos en forma unificada cultivar la paz de Cristo, aquella que sobrelleva cualquier alteración.

 En correspondencia con esta visión nacional pacifista hermanada con la espiritualidad del cristianismo, la Diplomacia Bolivariana de Paz promovida desde la Cancillería destaca que Venezuela será siempre una nación solidaria con la paz universal, el encuentro fraterno entre las civilizaciones, la asistencia humanitaria atendiendo a los seres más vulnerables en el planeta, la coexistencia pacífica y la tolerancia internacional.

Duinka Leal


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