" En ti se regocijen
los que aman tu nombre.
Porque tú, oh Jehová,
bendecirás al justo;
como con un escudo
lo rodearás de tu favor."
Salmo 5: 11 - 12
Antes de buscar la presencia de Jehová, particularmente cuando atravesamos por circunstancias que demandan su especial atención, tengamos la propensión de hallar deleite en su Benefactor espíritu, en el cual no existe espacio posible para la maldad, o las tendencias destructivas que corroen al ser humano.
Esa predisposición afectiva presente en nosotros previamente a la invitación del Padre celestial para que infuya en nuestras vidas, es muy valiosa. El orante es asistido desde su misericordia, porque necesitado de su divina gracia le pide su guía, justicia sobre sus adversarios opresores y una nueva dirección existencial. Por ello le promete continua adoración a su imperecedero Escudo espiritual.
Un vez que entramos en contacto con Dios, no sabemos caminar sin El. No habrá mayor regocijo en nuestrs almas que ser beneficiados con sus alegrías o favores concedidos desde su bendito nombre.
Duinka Leal
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