" Venid, adoremos y postrémonos;
arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano."
Salmo 95: 6 - 7
Este hermoso cántico de alabanza y adoración hace un especial énfasis en la importancia de alabar a Jehová desde la admiración a su grandeza, magnificencia y señorío, por ser el Hacedor de todo lo existente.
El salmo nos exhorta a ser dóciles a su palabra: " Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, como el día de Masah en el desierto " ( Salmo 95: 8 ). Quiere decir que evitemos interiormente entrar en conflicto con Dios y con nuestros semejantes por carecer de los bienes esenciales que se supone debe proveernos, porque Él sabe hacer que lo requerido fluya hacia nosotros como el agua de un río en el desierto, ya que conoce absolutamente la composición interna de todo lo creado.
Duinka Leal
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