miércoles, 16 de octubre de 2024

Sé mi compañía, mi fortaleza (y Parte III)

 








 Este valioso salmo histórico es un clamor de súplica al Señor Dios en su rasgo inspirador de temor, a objeto de que salga en defensa de su afligida y asediada nación por vigorosos pueblos/ejércitos enemigos. 

 El salmista en este cántico les desea sufran un dolor proporcional al que los hebreos están sufriendo: "Persíguelos así con tu tempestad, y atérralos con tu torbellino." (Salmo 83: 15). De modo que la defensa territorial del pueblo judío presenta un atributo religioso de acuerdo con el salmo. La persecución y destrucción del adversario tiene una raíz providencial más que humana: "Llena sus rostros de vergüenza, y busquen tu rostro, oh Jehová." (Salmo 83: 16). 

 Entonces es su Dios quien los defiende con su mano salvadora, poseedora del infinito poder de su espíritu. Eternamente cercano a sus fieles hace herir a su enemigo; levanta al abatido y lo restituye en su grandeza, permaneciendo inalterado el trascendente significado que para ellos tiene su bendito nombre. 


Duinka Leal 



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