"Las palabras de Jehováson palabras limpias,
como plata refinada en horno de tierra,
purificada siete veces."
Salmo 12: 6
Este salmo es una expresión de súplica a Jehová ante la pérdida de la sensibilidad humana en el trato verbal hacia el prójimo; al igual que la ausencia de fidelidad de su pueblo debido a tanta exaltación colectiva de la perversidad. Al inicio podemos leer la palabra Seminit, antiguo instrumento de cuerdas el cual plácidamente servía de acompañamiento musical a la presentación.
"Como plata refinada..."
En tiempos bíblicos, el proceso de refinamiento de la plata era un procedimiento muy meticuloso denominado fundición, cuyo objetivo primordial era obtener la esencia más pura y auténtica del metal.
Por medio del empleo de la leña o de otro combustible utilizado en la época se calentaba el horno a la más alta temperatura posible. Junto a la plata se le colocaba otro mineral como por ejemplo el carbón, a objeto de que al adquirir el calor su nivel máximo la plata quedara absolutamente separada de toda impureza.
En cuanto a la expresión "purificada siete veces", se refiere a todas las veces necesarias para que algo quede a la perfección ya que este número guarda ese significado en la cultura hebrea.
Creadora, noble, trascendente, transformadora es su palabra
La palabra de Dios refleja su esencialidad. Representa una transmisión de sí mismo
* Su palabra es creadora, porque el Verbo es Creador. La acción creativa es precedida por la expresión la cual da origen a lo hecho. Como hemos sido creados por El, nosotros también hemos heredado el poder de crear con la palabra. Por ello es muy importante que atendamos cuidadosamente cada acto derivado de nuestro lenguaje debido a que, sin duda, tendrá algún efecto. Procuremos que antes de decir algo indebido que hiera, deteriore o empañe nuestra propia calidad expresiva sería mejor quedarnos con el silencio del espíritu, lo más superior que hay en nosotros. Eso no tiene nada que ver con lo bonito o feo que nos hayan dicho los demás, se trata de la protección, la valoración que le damos a nuestra propia comunicación interna. Seamos proclives a producir expresiones armónicas, constructivas, transformadoras del presente.
* Su palabra es verdadera. Lo que emerge del corazón del Supremo es lo eternamente cierto. De El no proviene ninguna apariencia, engaño o ilusión. Todo lo que el Señor nos diga es verdad al tener el sólido peso de su identidad. Ese rasgo nos invita a cultivar las virtudes de la objetividad, la veracidad, la sinceridad, lo certero en lo que comunicamos.
* Su palabra es pura llena de amor. La transparencia de su lenguaje habla de la nobleza de su Santo Espíritu. Lo que viene del Padre nunca nos viene empañado con una doble intención o significado. Es de la extrema pureza de la plata y del oro, es decir, lo concebido por el mayor Refinador, para su gloria. Tratemos de ser nobles y cálidos al hablar.
* Su palabra es trascendente. El fin de su mensaje para el hombre es que se pueda transformar en algo mejor, más noble y virtuoso; poseedor de las cualidades que aspira tengan sus hijos o su linaje; lo más parecido a El en lo posible. De allí surge la convicción de que su palabra no retorna en vano, siempre deja una profunda huella en el alma de quien la escucha. Pretendamos transformar para mejorar con lo que decimos.
* Su palabra preserva su voluntad. La expresión del Altísimo se corresponde siempre con su propósito para la humanidad que le es fiel y será parte de su reino celestial. El desea compartir con nosotros el resplandor de su arcoiris, pleno de su luz eterna. Por eso es compatible con las personas de expresión agradable debido a que el principio de todo es la palabra. Tratemos de limpiar nuestro lenguaje; escojamos el tono más amable para reducir la tensión; evitemos insultar o ser insultados aunque por supuesto sabemos que no es algo sencillo. Hay que rodearse más bien de seres humanos afables; promotores genuinos de la oración individual y en comunidad; esperemos el momento propicio para intervenir en una conversación, casi siempre cuando todo esté más calmado; promovamos acuerdos sinceros de paz con quienes tenemos que interactuar.
No olvidemos que Adonai quiere que seamos agentes de bendición, lo que lograremos partiendo de la importancia que le conferimos a su bendita palabra desde el apreciable valor que le otorgamos a la nuestra.
Duinka Leal