"Escucha, pueblo mío, mi ley;
inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
Abriré mi boca en proverbios..."
Salmo 78: 1 - 2
Los salmos sapienciales, es decir, los que persiguen dar una instrucción pueden presentar un matiz proverbial. Cuando la sabiduría es impartida de este modo se transmite una enseñanza partiendo de la sabiduría heredada por los ancestros, al igual que a partir de los acontecimientos históricos que han dejado profundas huellas en una civilización. El salmo 78 es un precioso ejemplo de este tipo de salmos.
Este masquil de Asaf representa una emisión de la tradición oral correspondiente a algunos episodios pertenecientes a la historia árabe/hebrea en su incansable lucha por lograr adquirir su propio dominio territorial amparándose tanto en sus preceptos religiosos como en su poderío militar: "El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos..." (Salmo 78: 5).
"Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron la espalda el día de la batalla. No guardaron el pacto de Dios, ni quisieron andar en su ley..." (Salmo 78: 9 - 10)
Efraín fue uno de los nietos de Jacob o Israel de la descendencia de José. Su organización tribal abarcaba espacios geográficos como Betel, Silo, Siquem, Bet - Horón y Afec, entre otros de relevancia situados en la región central de Canaán, al oeste del río Jordán. En tiempos bíblicos junto a la tribu de Manasés conformaban la tribu de José.
La tribu de Efraín desempeñó un rol relevante para dar paso del gobierno de los Jueces a la instauración del primer reinado del rey Saúl, y posteriormente a que David, rey de Judá, pasara a asumir el reinado de Israel luego de la muerte de Saúl y de su hijo Ish - bosheth.
Esta tribu fue muy asediada por ejércitos enemigos. Los de Efraín tuvieron que luchar contra los filisteos, los asirios e incluso contra otras tribus hermanas con quienes tuvieron serias diferencias. Al Asiria tomar el poder se tuvieron que exiliar, esparciéndose en diferentes entidades territoriales que les dieron abrigo.
Por otra parte, la tribu de Efraín representa uno de los dos palos que comprenden la unificación de Israel, formado por diez de sus doce tribus contribuyendo de este modo a construir una sola nación junto al palo de Judá el cual integra las otras dos tribus que faltan, bajo los principios hebreos de unidad y restauración de acuerdo con el Libro del profeta Ezequiel del Antiguo Testamento.
"Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo del Zoán" (Salmo 78: 12)
La eterna promesa de Jehová, Señor de los Señores, de producir la liberación de su pueblo oprimido a un nuevo estado territorial y existencial de plenitud abarca los aspectos históricos, políticos, militares y religiosos. No se trata tan solo de una progresión desde una incierta condición nómada hacia la posibilidad manifiesta de poder vivir en su propio país, sin tener que luchar más por lo que es patrimonialmente suyo. El profundo significado de sentir, saber que se tiene patria constituye recibir parte de una herencia geográfica conferida por el Señor al patriarca Abraham.
Al respecto, uno de los eventos históricos más notables referidos en esta primera parte del salmo aduce lo sucedido en Egipto en el llamado campo del Zoán, emblemática región próxima al Delta del río Nilo en el extremo norte del país.
En esa época el faraón Ramsés II se tuvo que enfrentar a la rebelión de los israelitas, mayor fuerza laboral de su imperio, quienes dirigidos por Moisés deseaban salir de las injusticias de un régimen esclavista y ser conducidos a la "Tierra prometida" bajo las directrices divinas.
El salmo hace referencia a la división del mar Rojo para que los hebreos pudieran huir de tierras egipcias; su permanente vigilia tanto de día como de noche; el suministro del agua: "pues sacó de las peñas corrientes e hizo descender aguas como ríos" (Salmo 78: 16); y el envío de maná desde el cielo, el trigo celestial como su alimento.
Sin embargo, para el salmista la población hebrea aparece reseñada más como una descendencia con frágil memoria de todo lo glorioso que ha hecho Dios por ellos prefiriendo asumir la actitud de la inconsistencia en la fe, la permanente exigencia o el interno recelo, antes que adoptar la reverente actitud: "Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto" (Salmo 78: 17).
Duinka Leal
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