lunes, 1 de abril de 2019

Abril, hacia la Semana Santa en comunidad

Cristo nos ama



" Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios."

 Mateo 5:3-9 

   Pronto se aproxima la Semana Santa o Semana Mayor, días muy especiales propicios para el encuentro comunitario con Cristo Jesús los cuales siempre se nutren con sencillas actividades religiosas que nos convocan al refugio en su presencia, eternamente generadora de paz, confraternidad y fe.
 
  Tanto niños como adultos se congregan en los templos para escuchar el mensaje cristiano con su profundo significado para la humanidad, especialmente aquel referente a los momentos más cruciales durante el ministerio de Jesucristo, que fueron los días previos a su captura y luego su inclemente crucifixión, dolor nunca superado plenamente. Tan solo su cálida promesa de resurrección y la trascendencia de su luminosa palabra constituyen los hermosos basamentos que sostienen la esperanza de su pueblo. 

   Las Laudes, oficio religioso de alabanza y adoración

   Una linda forma de encontrarse como comunidad cristiana es cuando participamos en el rezo de las Laudes. La Iglesia Católica al igual que las iglesias de tradición griega comparten en grupos textos, salmos, melodías, himnos y cánticos inspirados en el evangelio desde muy temprano en la mañana. Uno se llena de armonía espiritual cuando es parte de los círculos que a asisten a este oficio religioso. Si quiere sentir esa paz que solamente Dios nos puede dar, trate de informarse con respecto al cronograma de las Laudes en la iglesia cercana a su lugar de residencia o igualmente integrarse a su salón o culto, ya que siempre hay un espacio para alabar y dar gracias a Jehová con oraciones y canciones en conjunto. Eso le agrada al Señor.
    
   Tengamos siempre presente en nuestro ser la misión encomendada por Jesús a todos sus discípulos en Galilea, previamente a su ascensión al cielo. El pidió que guardáramos todas las cosas que nos había mandado y que su presencia estaría con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

      Que esta Semana Santa represente un sagrado tiempo destinado a cooperar con esa elevada aspiración. Que así sea.

Duinka Leal

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