sábado, 16 de marzo de 2024

Cerca de ti


 










"A dónde me iré de tu Espíritu?

 y a dónde huiré de tu presencia?"

 Salmo 139: 7

 Dios todo lo sabe, El es Omnisciente. Para El no hay nada oculto ante sus ojos. Puede conocer absolutamente todo de nuestra personalidad y de nuestro accionar. Inclusive, puede predecir nuestro proceder porque nos conoce hondamente. 

 En su libro de vida aparece registrado lo que ha de ser. Jehová sabe cómo será el término de aquello que se propone hacer, aún estando en pleno proceso de ejecución, es decir, lo no concluido todavía. Todo lo que ha prometido será una realidad tangible a su tiempo ya que es un fiel cumplidor de sus promesas. El es honorable.  

 Asimismo es Omnipresente. No tiene límites de espacio. El gran Señor puede desplazarse en cualquier dirección, desde el más alto cielo hasta los abismos inaccesibles para el alma humana. Por ser el Edificador de todo lo existente ningún lugar está exento de su presencia: "Si subiere a los cielos, allí estás tú; y sin en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si toque las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aún allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra" (Salmo 139: 8 - 10).  

 El Seol significa un obscuro espacio inferior compuesto de tinieblas adonde van los muertos. Hacer un estrado allí quiere decir construir un sitio de honor que será de apoyo espiritual para dominar esa tenebrosa dimensión. En el estrado uno coloca los pies cuando está sentado en una silla. En este contexto, representa la dominación de la obscuridad desde el majestuoso poderío del Rey del cielo, de la tierra y de todos los planos que existen, Jehová. 

 El Creador es el dador del sagrado don de la vida a partir del comienzo de nuestra fecundación. Realmente es un honor y un compromiso haber sido creados por El. Estamos obligados a corresponderle conociendo sus principios, adorándolo con todo nuestro ser y modo de actuar: "Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras..." (Salmo 139: 14). Sus pensamientos son sublimes, incomparables, trascendentes, por eso es la luz de nuestro espíritu. Nada es superior a la Divinidad. 

 Centrados en las palabras del salmista, rechacemos a quienes no desean andar por los caminos del Omnipotente, el que todo lo puede. Su final no será bueno. Pidámosle de corazón que entre en nosotros, que revise nuestra alma y forma de pensar para que nos conduzca por su misma orientación bien de cerca, eternamente.

 Duinka Leal 


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