martes, 16 de abril de 2024

Confiando en el Altísimo Creador

 








"Pero yo estoy como olivo verde

en la casa de Dios;  

en la misericordia de Dios

confío eternamente y para siempre."

Salmo 52: 8 

 

 Este masquil hace alusión a un hecho histórico. Durante el reinado de Saúl el jefe principal de sus oficiales pastores llamado Doeg edomita descendiente de Esaú hermano de Jacob, informó al rey haber visto a David en la ciudad de Nob visitando a Ahimélec, Sumo sacerdote de ese lugar. 

 En esa época ya David era un fugitivo perseguido por el rey y su corte. En el encuentro con Ahimélec, David recibió un mensaje espiritual, comida y la espada de Goliat el filisteo. Al conocer Saúl este hecho se sintió traicionado por los sacerdotes de Nob y sus familias, algo imperdonable en aquellos tiempos. Nob es la actual Sha'ar Ha'Gai o "Puerta de Gai", ciudad de Israel que se encuentra en la región de Jerusalén. 

 

 Confiando enteramente en su misericordia  

 

 El salmista exhorta a cultivar en nosotros la virtud de la humildad. A aprender a confiar principalmente en Dios, quien es Uno que muestra misericordia. A inclinarse más en hacer el bien, lo correcto, lo verdadero y la expresión constructiva. A preferir buscar la fortaleza dada por la cercanía a Jehová el Todopoderoso que a los aspectos transitorios de la existencia terrenal, lo que debemos desestimar. 

 Tengamos presente que su sagrado nombre es como una sólida torre que le da una gran protección al justo, por eso hay que alabarle, glorificarle: "Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos." (Salmo 52:9).


Duinka Leal 



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