sábado, 16 de enero de 2021

Seguirte es el sentido de mi existencia, Dios de los cielos

 " Señor, de ti ansío mi salvación

y tu Ley constituye mi deleite."

Salmo 119: 174


" Tu palabra es antorcha de mis pasos y luz de mi camino." - Salmo 119: 105

   Los hermosos preceptos que encontramos en las Santas Escrituras emergen de ese bendito ser, Santo de Israel, en su sagrada disposición de perfeccionar el espíritu de sus fieles. Nuestro misericordioso guía por toda la eternidad nos ilumina mediante su instrucción para que lo sigamos permanentemente, conducidos desde lo alto.

    Debido a nuestra fragilidad humana nuestro sentido puede sufrir alteraciones o accidentes, sin embargo, su palabra nos sirve de refugio espiritual cuando necesitamos alentarnos, acudiendo al rasgo compasivo de su amor paterno el cual nos anima a seguirlo incondicionalmente. También es una especial fuente de sabiduría de la cual brotan bendiciones de vida; su enseñanza hace posible una comprensión más unida a El y su pensamiento, por ello somos inspirados hacia el cultivo personal de la paz interior, la humildad, la paciencia, la prudencia, la oración, la bondad, la rectitud...

   De allí dimana el benévolo criterio que le atribuye a sus mandamientos la preciada cualidad de considerarlos como un maravilloso tesoro muy superior a cualquier riqueza material, perdurable heredad dada por el Dios Grande a sus hijos.

 

" Felices los que guardan sus mandamientos, y buscan a Dios con todo el corazón." - Salmo 119: 2

" Que mi plegaria llegue hasta tu presencia." - Salmo 119: 170

 

   Para seguir a nuestro Protector como desea que lo hagamos es esencial adecuar nuestro proceder en consonancia con sus estimables principios, a saber, ser genuinos en la intención de crecer a su lado; procurar conocer sus mandamientos a profundidad; asumir la actitud de considerar su mensaje un deleite para el alma; pensar siempre en cumplir su voluntad al igual que rechazando la maldad o las acciones destructivas, inclinarse a hacer lo bondadoso. 

   Igualmente es vital darle un lugar prioritario a su divino mensaje haciendo del mismo parte de nuestra felicidad interior; reconocerlo como un ser bueno y beneficioso a quien hay que obedecer; por medio del salmista nos pide que meditemos en su ley a fin de que la cumplamos cuidadosamente y que lo hagamos con contentamiento, decididos a seguir alegres su sendero.

    Esto no sería posible, en lo absoluto, si no nos acostumbramos de continuo a auto observarnos, es decir, lo que su mensaje destaca en la expresión " vigilantes de si mismos ". Para mejorar desde la inspiración del mensaje sálmico debemos corregirnos aunque hacerlo con cariño, sin duros juicios que nos debiliten e inmovilicen nuestra dirección. Asimismo hay que orar, hacer actos sinceros de alabanza, ofrendas para agradarle y Acción de Gracias en el momento del día que estimemos propicio, a objeto de fortalecer nuestra relación con Aquel que nos enseña para nuestro bien.

    Otro aspecto de significación es la escogencia de nuestras asociaciones. Dios nos pide crear firmes lazos con personas que amen sus estatutos y podamos construir con ellos una valiosa vinculación comunitaria, la cual guarde sus pautas.


"  Por tu misericordia, vuélvete a mï, como haces con los que aman tu Nombre." - Salmo 119: 132


    Bajo esta interpretación, inferimos que Dios desde su infinito amor desea primeramente propiciar un nexo con las personas receptivas a sus prescripciones, para ulteriormente revelarles su voluntad. No olvidemos nunca que la visión de Jehová para con su creación es la dicha; por muy grandes que puedan ser nuestras tribulaciones, pruebas, dificultades, obstáculos o limitaciones su ideal es el pleno regocijo de sus siervos, cuyo afecto jamás olvida.

  Cuando atendemos sus mandatos nos brinda su protección, nos aclara el horizonte, escucha nuestro clamor e ilumina nuestro entendimiento. Con todo su ser nos concede las facultades expresivas propias de sus siervos, inspirándonos para saber responder a partir de la plenitud de su formación.

   En realidad, ser amorosamente asistido por el Dios Creador es una experiencia que ningún hijo suyo debe obstruir. De modo que hagamos de nuestra atención a sus leyes una deleitable costumbre la cual naturalmente nos aproxima a su trascendente promesa: el radiante sol de vida que significa su eterna salvación.

Duinka Leal 




 

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