te enseñaré el camino;
te cuidaré, seré tu consejero."
Salmo 32: 8
El estado emocional de una persona que sabe ha cometido graves faltas es internamente muy angustioso. A solas consigo mismo siente pena de sí, sufriendo callado el tormento de su propia culpabilidad. En condición grave no puede conciliar el sueño a causa de los remordimientos de conciencia, y ante Dios sufre un inmenso pesar y bochorno por lo que ha hecho o sucedido.
A veces se cometen errores que pesan en el alma porque, humanamente hablando, no existe posibilidad de restituir la experiencia a la condición ideal que la repare ya que lamentablemente no se puede ni devolver el tiempo ni reconstruir lo ocurrido.
Empero, algo por su espíritu tiene que hacer para no quedar estancado interiormente en esa situación. La orientación del salmo es muy hermosa, alienta confesarle a Aquel que levanta tu cabeza todo lo que llevas por dentro con respecto a ese doloroso episodio de tu vida.
Ese momento de confesión muy personal con el Buen Señor es el primer paso para obtener su perdón. Siendo El que muestra misericordia hacia su pueblo, te dará su atención porque como ser arrepentido estarás admitiendo tu transgresión, de modo que quieres cambiar hasta llegar a ser alguien nuevo.
De seguro, nuestra Fuente de sabiduría sabrá más que nadie qué hacer para que puedas sanarte, sentirte más aliviado. Por ser tu guía te señalará el camino a seguir o las decisiones a tomar, debido a que esencialmente se establece un vínculo muy profundo dirigido por su gracia, hacia tu definitiva redención espiritual.
Duinka Leal
No hay comentarios:
Publicar un comentario