Lady Diana, para siempre en nuestros corazones

Un alma muy noble

 La princesa Diana de Gales fue una mujer llena de un encanto y un carisma muy especial. Su sensible personalidad contribuyó en gran medida a que su labor estuviera orientada al desarrollo de programas sociales creados con el propósito de llevarles un poco de felicidad a los grupos más vulnerables y sufridos de la sociedad, en particular hacia la niñez.

  

 De alma muy humana y maternal, a Lady Diana le correspondió asumir su rol como parte de la nobleza del Reino Unido en tiempos de alta exigencia espiritual e institucional, ya que adquirieron un significativo relieve críticas experiencias como la infancia abandonada; el brote global de enfermedades terminales como el cáncer, la lepra, el VIH - Sida en niños y adultos; las muertes masivas de infantes debido a los delicados estados de desnutrición en Africa lo que requirió su presencia; así como el despliegue de minas antipersonales en algunos espacios geográficos del planeta que amenazaban la vida de todas las personas inmersas en esos territorios.

 Caracterizada por sentir un amor muy grande por los niñitos, Lady Di se dedicó a hacer un trabajo constructivo enfocado a atenuar tanto dolor, teniendo un éxito considerable. Gracias a que era un ser tierno, abrazador, logró favorablemente captar la receptividad y el apoyo de personas e instituciones de importancia, que le dieron un respaldo absoluto a todas sus causas.

 Una vocación natural para consagrarse a la inocencia

 Diana era un ser angelical con una amplia facilidad para darle calidez de madre a los pequeños. Antes de comprometerse con el príncipe Carlos en el año 1981 trabajó en Londres como niñera; igualmente laboró como asistente de preescolar al igual que en una guardería. La recuerdan como una joven cariñosa de noble corazón, quien presentaba una singular aptitud para dedicarse a la niñez.

Adoraba su piano

A ella le encantaba tocar el piano, instrumento que la inspiraba en espíritu a compartir gratos momentos de armonía interior. Luego, ya siendo mamá de William y Harry, le agradaba tocarles dulces melodías especialmente dedicadas a ellos, del mismo modo que lo llegó a hacer durante algunos eventos institucionales favorables a hacer de la música que la princesa interpretaba una amena ocasión cargada de afectividad y de cohesión.

 Su mensaje en torno al cariño natural que debe afianzarse en el hogar a través del abrazo en familia fue uno de los aspectos destacados por Diana en su discurso. Consideraba que el convertirnos en "abrazadores potenciales" en la casa contribuía enormemente a que nuestros hijos tuvieran una adecuada autoestima, solidez emocional y sentido de pertenencia familiar.

 Los niños en situación de calle, su dolor compasivo

 Sostenía que un ser humano sin hogar carecía del amor filial requerido para tener salud física y mental además de la capacidad de insertarse en la sociedad mediante la acción productiva, aparte de convertirse en individuos muy susceptibles al abuso y al maltrato.

Los niños la querían mucho 

 Hizo esfuerzos para proveerles oportunidades a niños y jóvenes afectados por esta difícil situación. Instaba a las instituciones creadas para ese fin a desarrollar sus habilidades, destrezas y talentos que hicieran posible su supervivencia, un ambiente beneficioso, buenas amistades de la misma manera que la superación de sus dificultades cognitivas de índole escolar.

 Ante niños con cáncer, VIH - Sida y lepra: su humanitaria espiritualidad

 

 Motivado al incremento de pacientes infantiles con cáncer, VIH - Sida y lepra, Lady Diana afianzó su patrocinio centrado en la infancia al atender sus serios estados de salud. Expresaba que era urgente tomar medidas con la finalidad de aliviar sus enormes sufrimientos, contribuyendo mucho a que la humanidad superara la discriminación social de las que estas personas eran objeto. Esto lo llevó a cabo principalmente a través de la Unidad de Cáncer Infantil "Wolfson", "Children with Cancer UK", "Leprosy Mission Centrepoint" y "Landmark Aids Centre".

 Poseedora de un destacado espíritu comunitario, a Diana la hacía feliz reunirse con su pueblo. En su agenda solía integrar las visitas a albergues, parques, hospitales, escuelas, refugios, hospicios, centros culturales, organizaciones benéficas, centros comunitarios, preescolares, guarderías, fundaciones, un sin fin de organizaciones lo que la ubica entre los perfiles profesionales más prestigiosos internacionalmente en su ámbito.

Un expansivo servicio de aproximación a los más vulnerables

 

Mujer de valor extraordinario 

 La princesa Diana fue un evidente ejemplo de altruismo. Mujer perseverante y motivadora, ejerció un valioso liderazgo exhortando a la eliminación de las mortales minas terrestres antipersonales del mismo modo que ayudó mucho a los niñitos con parálisis cerebral y discapacidades.

 Fue la Vicepresidenta de la Cruz Roja Británica, Presidenta del Hospital para Niños "Great Ormond Street", del "Royal Marsden Hospital", del Centro "Richard Attenborough para la Discapacidad y las Artes",  del "Centro Osteopático para Niños", del "Landmark Aids Centre ", del "English National Ballet", entre otros importantes organismos.

Siempre junto al pueblo 

 Patrocinó innumerables obras de caridad para el "Brompton Hospital", "Chester Childbirth Appeal", "Barnardo's", "Child Bereavement UK", Programa "Eureka!", "Children's National Orchestra", "Cancer Fund for Children", "Royal School for the Blind", "Pre - School Playgroups Association", entre muchas otras organizaciones.

 En su nación recibió reconocimientos de relevancia transnacional como la "Orden Libertad Honoraria de la Ciudad de Londres", la "Orden de la Familia Real de Isabel II" y la "Orden de las Virtudes".

 Dada a su extensa dedicación hacia la labor humanitaria, Lady Diana constituye un símbolo universal de extraordinario significado. Ella quiso darle amor a los niños sufridos a causa de múltiples aflicciones y por eso dejó para siempre una profunda y sublime impresión en nuestros corazones. Su sensible recuerdo ha pasado a ser una admirable influencia que motiva a irradiar ternura y asistencia a la infancia que sufre en el mundo para que pueda volver a sonreír recobrando así su derecho a tener esperanza, aprecio por la vida y sentido de felicidad.

Duinka Leal